
¿Qué es la Relación Directa y Regular y cómo funciona en Chile?
Cuando una pareja con hijos se separa, una de las mayores preocupaciones es cómo mantener el vínculo entre el padre o madre que no vive con el niño o niña. En este contexto, surge una figura clave en el Derecho de Familia chileno: la Relación Directa y Regular. A continuación, te explicamos en qué consiste, cómo se establece y qué factores considera el tribunal, todo de forma clara y concisa.
La Relación Directa y Regular es el derecho del padre o madre que no tiene el cuidado personal del hijo/a a mantener un contacto frecuente y estable con él o ella.
¿Qué es la Relación Directa y Regular?
La Relación Directa y Regular es el derecho del padre o madre que no tiene el cuidado personal del hijo/a a mantener un contacto frecuente y estable con él o ella. Este mecanismo busca preservar el vínculo familiar, permitiendo que el progenitor participe activamente en la vida del niño, niña o adolescente, aun cuando ya no comparta el hogar.
Este derecho no solo protege a los adultos, sino que responde a un principio superior: el derecho de los niños a mantener relaciones personales significativas con ambos padres y otros familiares, siempre que esto contribuya a su bienestar.
El derecho del niño a mantener vínculos familiares
La legislación chilena reconoce que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a crecer manteniendo vínculos afectivos sanos con sus padres y figuras cercanas, incluso en contextos de separación. Sin embargo, este derecho no es absoluto. Toda relación debe garantizar su seguridad emocional y física. Por ello, el tribunal puede limitar o supervisar los encuentros si existen antecedentes de violencia, negligencia u otras situaciones que pongan en riesgo al menor.
¿Cómo se establece esta relación?
Existen tres formas principales de establecer la Relación Directa y Regular
- Acuerdo entre los padres: Pueden pactarlo de forma privada o a través de mediación, pero siempre debe ser aprobado por un juez para tener validez legal.
- Mediación obligatoria: En caso de desacuerdo, la ley exige que los padres intenten llegar a una solución a través de mediación antes de acudir al tribunal.
- Demanda judicial: Si no se logra un acuerdo, cualquiera de los padres puede presentar una demanda ante el Juzgado de Familia, que será quien determine cómo y cuándo se ejercerá este derecho.
¿Qué considera el tribunal al decidir?
El juez no toma una decisión al azar. Evalúa múltiples factores, entre ellos:
- La relación previa entre el progenitor y el niño/a, es decir, si existe un lazo afectivo ya construido.
- La disponibilidad del padre o madre para cumplir con los encuentros programados.
- La opinión del niño o niña, dependiendo de su edad y madurez.
- La existencia de eventuales riesgos, como violencia intrafamiliar o conductas que afecten el desarrollo del menor.
En todo momento, el tribunal prioriza el interés superior del niño, por sobre los deseos de los adultos involucrados.
Conclusión
La Relación Directa y Regular es una herramienta clave para proteger el vínculo entre padres e hijos tras una separación. Establecerla correctamente y con respeto mutuo puede marcar una gran diferencia en la estabilidad emocional de los niños.
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